La 1000 Miglia 2025: Vesco y Salvinelli, seis veces campeones en un Alfa Romeo 6c 1750 Ss de 1929

Dos equipos argentinos completan el podio: Erejomovich-Llanos, en segundo lugar, y Tonconog- Ruffini, en tercer lugar

BRESCIA, Italia, June 24, 2025 (GLOBE NEWSWIRE) -- Luego de 5 días de carreras, 1900 kilómetros y más de 400 autos clásicos en movimiento, concluyó hoy la 43.ª edición de la 1000 Miglia en Brescia. Una edición especial que contó con el regreso de la ruta en forma de ocho de las épicas ediciones anteriores a la guerra y que unió de manera simbólica no solo el norte con el sur, sino también el este con el oeste, desde el Mar Adriático hasta la costa del Tirreno.

Una vez más, los campeones fueron Andrea Vesco y Fabio Salvinelli, quienes, al mando de su incondicional Alfa Romeo 6C 1750 Ss, se impusieron nuevamente a pesar de que Daniel Andres Erejomovich y Gustavo Llanos no dejaron que la tuvieran fácil con su 1929 6C 1500 Ss, llegando incluso a conseguir el primer puesto al final del cuarto día de carreras. El tercer lugar lo ocuparon Tonconogy-Ruffini en un 6C 1750 Gs 1931.

Roland Hotz y Giordano Mozzi recibieron el Ferrari Tribute 1000 Miglia en un F8 Spider, mientras que Mirco Magni y Federico Giavardi con su Polestar 4 merecieron la séptima edición del 1000 Miglia Green.

Una carrera, una aventura, un ritual colectivo. La Flecha Roja recorrió varios pueblos, ciudades del arte, pasos de los Apeninos y plazas festivas, convirtiendo cada tramo en una instantánea de Italia. La ruta siguió las arterias de la Italia pequeña, esos lugares que no siempre terminan en folletos, pero que devuelven el espíritu más auténtico del país. Después del comienzo en Viale Venezia, los equipos llegaron a Ferrara, con la magia nocturna del castillo Estense, y luego, al día siguiente, avanzaron hacia la capital a través de las curvas del Mugello y las tierras del Val d'Orcia. Iniciaron el tercer tramo al amanecer despidiéndose de Roma cuando aún se dormía en los palacios, y emprendieron la subida hasta Orvieto y Arezzo, para llegar antes del anochecer a Cervia. Desde allí, atravesaron el espectacular pasaje por el corazón de Versilia, con el tránsito dentro de la Academia Naval de Livorno y las históricas curvas del Paso de la Cisa. El trayecto de regreso fue un homenaje a la llanura Padana en Italia: Cremona, Soncino, Franciacorta. Y finalmente, Brescia, que recibió a los autos y sus equipos con un festival musical y una ovación digna de la carrera más hermosa del mundo. La carrera finalizó hoy. Pero las imágenes, los rostros, las emociones quedan para siempre.

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